lunes, 3 de mayo de 2010

LLAMADA NO REFLEJADA EN LA FACTURA

Veintidós casos de violencia de género en lo que llevamos de año. Tres más si sumamos los de hombres muertos a manos de sus parejas. 016. La llamada no queda reflejada en la factura. Ni falta que hace. El maltrato se refleja en el alma de quien lo sufre.

Cada semana se repiten por toda España las concentraciones que denuncian los casos de violencia machista en nuestro país. O deberíamos llamarlo violencia de género. Abramos el debate. En España nos encanta hacerlo.

Podríamos comenzar por el lenguaje sexista. El ‘coñazo’ es malo. La ‘polla’ es bueno. Si les digo neurocirujano, ¿ustedes piensan que hablo de una mujer?. Sean sinceros. Esto no debería ser muy importante. Pero suma.

Sigamos con otra cosa. Hace poco entrevistamos a la directora de un nuevo centro de ocio infantil en Aragón. Nos contó las actividades que tenían preparadas para los que acudieran. Me llamó la atención una cosa. Nos dijo que dentro de todos los juegos que tenían preparados había hasta cocinitas para que jugaran las niñas. Mire usted qué bien. En 2010, las niñas pueden jugar a las cocinitas. Los niños no. O también. Pero claro, igual les miraban raro.

Pobre Ferrá Adríá. Pierde el número uno y, además, contempla cómo se aleja su posibilidad de encontrar un sucesor. La Ley Sálica no sirve en los fogones. Las cocinitas son para las niñas. Menos mal que él aprendió el oficio en la Marina Española. Allí el valor y la hombría se suponen. Lo pone la ‘blanca’.

La violencia de género hay que combatirla desde casa y desde la escuela. Y también desde todos los sectores de la sociedad. La Ministra de Igualdad podrá ser reprobada por su gestión pero nunca por ser mujer. Ni tampoco por su forma de vestir. ¿Acaso nos preocupamos alguna vez por el color de la corbata de Rajoy?. Los comentarios machistas realizados por políticos y periodistas hacen mella en los más jóvenes y remarcan esa doble moral.

Teresa Fernández de la Vega es licenciada en Derecho, secretaria jurídico laboral, titulada en Derecho Comunitario por la Universidad de Estrasburgo, magistrada por el cuarto turno y fue vocal del Consejo General del Poder Judicial. Pero qué mal viste y qué mal se peina, ¿verdad?.

Dolores de Cospedal es licenciada en Derecho, pertenece al Cuerpo Superior de Abogados del Estado y ha trabajado en la Embajada española en Estados Unidos. Pero, ¿saben qué?. Se casó con su pareja de hecho y tuvo un hijo tras someterse a un tratamiento de fecundación in vitro. ¿Habrase visto?.

Claro que, en Navas del Rey (Madrid) la Guardia Civil y la Policía han tenido que impedir la subasta de una mujer en un pub de la localidad. Hace un año, un evento similar tuvo lugar en una discoteca de menores de edad en Granada. El reclamo era otra subasta de adolescentes de entre 14 y 18 años y la consiguiente invitación a los chicos a que pujaran por ellas. Para su convocatoria, se distribuyó publicidad en la que ponía como reclamo: 'Si estás soltera subástate y si estás soltero puja'.

El local, abierto en horario infantil, daba a los jóvenes billetes de Monopoly para participar en la 'venta'. El premio para el ganador del concurso consistía en tomarse un refresco en un palco 'Vip' de la sala de fiestas.

Este tipo de actos nos obligan a reflexionar sobre algo. El mensaje no llega. Y si llega, lo hace tarde. Esto no lo van a arreglar los políticos. De hecho, ellos, sus coyunturas, sus brotes verdes y sus políticas transversales no suelen arreglar casi nada. Lo debemos solucionar nosotros. No estaría mal que entendiéramos que cualquiera de nuestros comentarios sexistas, sea cuál sea el ámbito en el que se realicen, son el primer paso para que alguien pueda tener que marcar en un futuro el 016. Llamada no reflejada en la factura.

Ah, por cierto, señores de Balay. En su próximo anuncio ayúdenme a mí y háganme la vida más fácil. Que yo en mi casa también pongo la lavadora.

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