lunes, 21 de junio de 2010

PELO Y MEMORIA

He comprobado que no me puedo fiar de los calvos. Y mira que me han gustado siempre Yul Brinner y M. A. Pero estos últimos días me han demostrado que no tienen memoria. Al parecer el cuero cabelludo se encarga de mantener los recuerdos de la gente.

El primero de ellos no me saludó en la entrada de un concierto. O no me reconoció, cosa que dudo, o no quiso saludarme porque no le agradaba mi compañía. Y no lo entiendo. Con lo moderno y progre que es él. No debería fijarse en esas cosas. Uno saluda y se va. No creo que cueste tanto.

Es evidente que no le importo mucho. O que sólo le intereso en ocasiones. Lo que tengo claro es que no formo parte de su agenda. Y la verdad, me alegro. Con muchos de los números que aparecen en ella me unen muy pocas cosas. He pisado yo muy poca alfombra roja para merecer su compañía.

Además, el que no me reconoce cuando estoy con según qué compañías no me merece la pena. Y lo que tengo claro es que esas personas que estaban conmigo me abrieron la puerta de su casa cuando lo estaba pasando mal. Yo aún sigo jodido. Y esa puerta sigue abierta. Así que lo tengo claro. ¡Qué le den al glamour!.

El otro sólamente merece dos líneas. Por cobarde. Yo en su lugar iría con la cabeza bien alta. Que no intente revestir su actitud de conciencia. A mi no me engaña. Baja los ojos y calla. Y anda con pasitos rápidos. ¡Uy! que llevo tres líneas. Adiós.

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