domingo, 13 de junio de 2010

CREER O NO CREER

Ayer mientras me duchaba escuché de fondo una canción de Bebe. La cantante valenciana adoptada por los extremeños me deprime. Me pasa lo mismo con Ismael Serrano. Ya sé que para cantar y protestar a la vez hay que huir muchas veces de los estribillos pegadizos y alejar las canciones de la estación veraniega. Así parece que se está más comprometido con lo que uno cuenta.

Y eso que tanto Bebe como Ismael nos recordaron lo malo, malo, malo que se puede ser y le pidieron a su papá que les contara otra vez una historia muy bonita en la que se corría delante de los grises. Muchas veces he pensado que si todos los que dicen haber corrido delante de los grises dicen la verdad esas carreras debían parecer los Sanfermines.

Después de la reflexión del párrafo anterior vuelvo a Bebe. Me aburre. Y además no me la creo del todo. Muy comprometida. Moderna. Antisistema. Pero portada de la revista de los 40 Principales haciendo top less. No robado. Posado. Y bien posado. Antes de sacar disco, eso si. Con ello no quiero decir que no me pueda convencer de la importancia de la igualdad entre hombres y mujeres. Tampoco que no esté comprometida con la causa. Pero claro, yo no me imagino a Chabela Vargas ni a Mercedes Sosa haciéndolo. Y ambas también tuvieron veinte años.

Me sucede lo mismo con los compromisos de los actores Willy Toledo y Alberto Sanjuán. Comprometidos ellos en luchar contra la guerra. Y con el pueblo saharahui. Y con los bosques del Amazonas. Pero yo pensaba que se comprometerían también con los millones de parados. Y allí no les he visto. Posiblemente el ser actor y empresario a la vez haya mitigado esa fuerza contestataria.

También asístí sorprendido al roce, dialéctico que no carnal, entre Jesús Vázquez y José Manuel Parada. El primero salió de un armario chic megaurbano hace años. El segundo creo que sigue escondido en un taquillón de casa de su abuela. Vázquez, que ha permitido en los debates que ha dirigido que muchos concursantes se dijeran auténticas barbaridades, no permitió que Parada le recordara un episodio de su pasado del que no debería avergonzarse. La Justicia le dio la razón. Y creo que el antiguo propietario del Cine del Barrio no trató en ningún momento de hacerle daño.

Pero lo que más me sorprendió fue escuchar como el que yo suponía un auténtico caballero español, un defensor de los buenos modales, del orden y de la urbanidad insultaba de forma reiterada a una mujer. Lo hacía delante de otros hombres y en el marco de una tertulia a la que también acuden otras mujeres.

Nadie le paró los piés. Todos callaron. Los días posteriores varias mujeres se sentaron en la misma silla que el defensor de la moral de los jóvenes catalanes. Al cuarto día, eso si, pidió perdón. Arrepentido. Compungido. El 461 del Código Penal español ha tenido mucho que ver. Seguramente Mario Conde y Miguel Durán, contertulios del presunto injuriador, le hayan explicado la pupa que puede hacer un juzgado. Y eso que, pese a todo, a ninguno de los dos les fue mal cuando les tocó chupar banquillo.

Su arrepentimiento me lo creo igual que cuando escucho al Partido Popular decir que son el partido de los trabajadores de España. Y cuando veo veo a Bebe defender la dignidad de la mujer. Y a Alberto y Willy ser solidarios. Y a Jesús dar lecciones de tolerancia.

Mi ateísmo me lleva a no creerme tampoco lo que me cuentan desde los Sindicatos. Pero de eso hablaré otro día. Ahora me tengo que ir a ver un partido del Mundial. Seguro que gracias al fútbol ningún niño se muere ya de hambre en África. Me lo ha cantado Shakira. Y cada vez que Shakira me pone ojitos yo me derrito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario